martes, 20 de noviembre de 2007

Un beso

Existe algo en particular que me gusta acerca de ver películas, y eso es que, puedes apreciar fijamente eventos que en situaciones de la-vida-de-todos-los-días no te atreverías a ver, por ejemplo, no pudieras mirar fijamente a los ojos de un extraño que esta sufriendo tanto como Diane Keaton… o como le llenan de plomo a un hombre en un callejón, y más fascinante aún, son los besos ya que, en alguna ocasión, cuando estas en compañia de una pareja de amigos, y ellos osan besarse…. nunca los volteas a ver, y si en ese momento los estas viendo, siempre desvías la mirada, más sin embargo, eso no sucede cuando estas apreciando el beso en una pantalla de cine, o en la pantalla del televisor.

Soy una persona que no es muy dada al contacto, tal vez pudiera decirse que soy un tanto fría en ese sentido… No soporto ser tocada por una persona que no es de mi confianza, me causan extrañeza las palmaditas en la espalda, o que de repente me tomen del brazo, soy afectuosa con las personas que quiero, y lo demuestro; no me gusta saludar “de beso”, creo que lo hago por costumbre, más no porque es algo que desee hacer. Ciertamente, cuando existe una ausencia de “algo”…. Llamese salud, afecto, dinero, familia, amigos, educación, etc… Aprendes a apreciar demasiado eso de lo que careces, y como lo tienes en cantidades limitadas, lo atesoras de tal manera que aquellos que les sobra jamás lo harán.

Creo que he desarrollado una fascinación por los besos, me atrevo a pensar que la carencia de ellos me ha orillado a tal cosa, conozco a muchas personas que, como yo, no soportan contacto físico no-deseado, y es entonces cuando pienso en un beso, el tocarse labios con labios, es el rompimiento total de los limites que se han establecido entre dos personas, besar es desear sentir a la otra persona, besar es probar, besar es la manifestación física del querer, besar es sentir que el corazón va a reventar tu pecho un instante antes de que te robes el beso, porque eso sí, los que te robas, son los mejores.

He regalado besos con sabor a café, con sabor a helado de Choco-Almendra, besos que dan cosquillas, besos que prometen, otros llenos de lujuria, un par que he regalado sin amar, besos en los párpados, besos de despedida, besos sorpresivos, unos que provocan escalofríos, besos chiquitos, en la punta de la nariz, besos de re-encuentros, con sabor a Colgate, besos con los ojos cerrados y uno que otro con los ojos abiertos. Y hoy…. Hoy anhelo un beso…. Aunque uno solo fuera…. de esos que provocan confort.


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(\_/)
(=':'=)
(")__(")
No Lo PuEdO eViTaR,
Me EmOcIoNaN LaS PeRsOnAs
QuE tIeNeN IdEaS eN lA CaBeZa
QuE hAcEn EsTrAgOs En Mi CoRaZóN

viernes, 5 de octubre de 2007

El día en que todo cambio

Nop, no tengo definido ese día. Puede ser cuando entre a la Universidad, o una mañana de mayo en los pasillos del edificio O; el caso es que sé que existio un día, un instante en que lo conoci, y en ese momento mi vida ya no era la misma...

jueves, 4 de octubre de 2007

Mi antiguo Blog

No esta del todo mono, pero esta entrada me gusto mucho asi que la pongo una vez más

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miércoles, 3 de octubre de 2007

Anoche

Por una razón que aún desconosco, la fábrica de sueños cerro anoche. Como lo marca mi rutina me acomodé pavidamente en mis aposentos, y oh! sorpresa!.... no había nada ni nadie porque soñar, por quien esperar. Nunca habias sentido algo parecido?, pasaron horas y no conciliaba el sueño y fue entonces cuando recorde "Nunca he sabido como hacer un equipaje" ¿Sabes a lo que me refiero? No es que no tenga paciencia para doblar bien la ropa, o que sea tan descuidada como para meter en la maleta lo primero que se me ocurre, olvidando siempre lo más importante. No, no es eso...lo que sucede es que se me dan muy mal las elecciones: Escoger es prescindir. ¿Que llevarse? ¿Qué dejar? ....¿prescindir? ¿Quiero prescindir de mis sueños?...¿eso es lo que realmente quiero? ...ay no! otra elección, y ahora que debo hacer....Definitivo (pense) por esta noche ya no quiero elegir, solamente voy a dormir...me gusta de cuando duermes que todo se vuelve calentito: el pulso, la piel, el aire, la respiración; y parece que nada fuera a teminarse nunca. En el borde de mi cama, con las sábanas alargas primero los pies y te vuelves a un costado después te tapas con una manta que no tiene fin. Debajo de ese cobertor está todo: el universo que conoces y los que aún tienes que descubrir, tus miedos, tus ilusiones, tus angustias, tus pasiones. De esas sábanas puede salir cualquier cosa, y ese suspenso hace más inquietante el hecho de ir a dormir.