sábado, 30 de mayo de 2009

--alcanza dulce amiga tus sueños,busca aún en errados caminos, la tibieza de unos brazos que todavia siguen vacíos..--


Solo quiero una oportunidad para alejar mi mente de todo y de todos, ya no quiero sentirme la amiga buena onda que normalmente me siento. Vivo para los demás, olvide quien y que soy, de hecho creo que nunca lo he sabido, solo entiendo y comprendo que mi destino en esta vida es muy diferente al de la mayoría, y dista mucho de ser un cuento de hadas. Solo las princesas viven esos momentos, no soy princesa, nunca lo fui.

Entiendo que en todo cuento debe de haber alguien malvado, y otros más que ayudan a que la princesa alcance su final esperado, creo que soy una de esos personajes; solo ayudo y ayudo pero nunca hay un final interesante para mi. Es como ser el azúcar en el café, puede que no sea necesaria en todas las ocasiones, pero de vez en cuando soy requerida.

Me canse de ser el complemento, de luchar por un destino que no tengo, por pensar un segundo que todo en mi vida amorosa seria diferente. Es ridiculo imaginarme en el quicio de la ventana esperando al principe azul que ha vencido todos los obstáculos para al fin llegar a mi.

Nadie me busca y nadie me necesita. "Yo no naci para amar" es un himno en mi cotidianidad. Sólo quisiera saber hasta cuando voy a estar así, cuanto tiempo me queda por vivir igual todos los días. Tengo tantos años, y nada, no hay emoción alguna por la que despierte todas las mañanas, hay más ilusión en mis sueños que en el transcurso del día.

He gastado energías que no tengo, dando mi atención a mis amigas, las cuales les ocurre todo lo extraordinario del mundo, y soy un simple espectador sentada en la fila más alejada de la pista, donde el maravilloso espectáculo de la vida pasa delante de mis ojos. La decepción que hoy habita en mi es tan grande que mis manos han quedado quietas frente al teclado por algunos instantes, mi alma se siente tan abandonada que ya no siente tristeza, he llegado al punto de ya no sentir, de ya no querer buscar aquello que me hace feliz, ya no importa, no importa que tanto nade hacia la orilla, hacia ese sitio seco y seguro en la que me siento tranquila. No, ya no es necesario, si llego o me ahogo en el camino, no importa, he dejado de tener fe en el amor, en el amor propio también.

Tengo mucho miedo, siento que ya no soy capaz de sentir; ya no creo en nada ni en nadie. Soy una persona más, un habitante de este mundo cualquiera, la cual esta viva solamente para ayudar a las princesas a llegar a su final feliz...