Te vio antes que tú a el.
Bailó contigo sin renegar.
Dejó el escudo en casa.
Buscó una estrella para ti.
Se rió como poseído cuando le contaste una historia.
Escuchó que decías: ¿vas a besarme o tendré que olvidarte?
Te besó hasta que dejó de sentir los labios.
Dijo que tus abrazos eran lo que esperaba.
Inventó una historia para ti, mientras tocaba su barbilla con tu nariz.
Por primera vez en mucho tiempo, no dijo nada cuando la tomaste de la mano así como no le gusta.
Te tomó de la mano mientras escribías.
Dejó que lo abrazaras todo el trayecto a casa, así como lo hacen todas las empalagosas del mundo… y tampoco le gusta.
Se sorprendió xq eras muy perspicaz.
Sujetó tu rostro entre sus manos y te dijo que el cielo no era azul.
Ni siquiera volteó hacia atrás mientras te ibas.
No guardó tu teléfono.
No contestó ese último mensaje.
A veces, solo a veces, mi estupidez me asalta a mitad de la nada. La diferencia es que en esta ocasión fueron mis reglas.
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